Dicen los científicos que durante los cientos de miles de años en los que el Género Homo se fue desmarcando del resto del reino animal, como especie creativa y singular –si así preferimos catalogarnos–, dotada de cualidades excepcionales; experimentó una serie de transformaciones anatómicas, cerebrales, lingüísticas, culturales y sociales, que han dado como resultado de esta larga evolución la más insólita de las especies. Y uno de tantos rasgos que nos condicionan y caracterizan, en tanto que humanos, es nuestra capacidad para ser animales SUPERSOCIALES...
una habilidad que no todas las especies poseen, ni mucho menos con el grado de complejidad de la nuestra, y que ha resultado ser una de las estrategias más ventajosas para nuestra supervivencia, en definitiva, para nuestro éxito evolutivo.
Pero la cadena de circunstancias, de cambios, desafíos, mutaciones y novedades, que sale cada día a nuestro encuentro, que sigue sometiendo a nuestra especie a presiones cada vez más intensas y comprometedoras; empujándonos así hacia nuestra evolución perpetua, rumbo hacia el inconmensurable futuro, hacia el punto más lejano del horizonte a partir del cual dejamos de divisar y adivinar lo que nos espera a continuación... Nos obliga a revisar y reorganizar nuestros sistemas de creencias, las estructuras de conocimientos sobre los que nos asentábamos hasta ahora; porque no bastan, porque no alcanzan en lo más mínimo, para encarar el porvenir.
Por consiguiente –como dirían los budistas– lo que nos espera por encima de todas las cosas, designios, vicisitudes, a lo largo de los siglos venideros es y será la IMPERMANENCIA, o el estado de mudanza permanente. Y ante tamaña e indubitable certeza, yo espero de mi especie la mayor proeza que se me ocurre, que es perfeccionar hasta cotas nunca vistas ni soñadas esta cualidad asombrosa que nos hace tan humanos, tan resilientes, tan preventivos, imaginativos y exitosos… Espero seamos más y mejores animales SUPERSOCIALES, cultivando esta facultad tan característica, para que podamos elevarnos a otro nivel evolutivo en todos los sentidos.
El fin último es nuestra propia supervivencia como especie, por supuesto, pero la “novedad revolucionaria” esta vez pasa por asegurar la vida en nuestro planeta en toda la amplitud del término. Es decir, conservar y ampliar la BIODIVERSIDAD con toda su complejidad, un objetivo que pasa –como diría el Papa Francisco– por el “CUIDADO DE LA CASA COMÚN”; yo añadiría que pasa por convertirnos en GAIA (1), en un todo interrelacionado y simbiótico que le dé sentido a nuestra existencia, que nos dé un rumbo, una ruta, un telos que cumplir.
Es por eso que cuando se me presentó la oportunidad profesional de erigir una escultura monumental para un espacio urbano en el año 2010 (mi primera escultura real sobre la Tierra); traté de poner en orden mis prioridades, todos aquellos temas que tenían una importancia capital para mí. Traté de buscar también la mejor resolución técnica y formal, artística, para dar con una fórmula escultórica que satisficiera en lo posible esta línea argumental que sostengo; en la medida de mi entendimiento y de los recursos disponibles ofrecidos por el ayuntamiento de la ciudad, donde se habría de instalar dicha obra, en Manzanares (Ciudad Real). Se trata de la PROCLAMACIÓN pública de aquellas certezas más límpidas, sintéticas, esquemáticas, que mejor expresen el cambio de rumbo que nos espera, que prescribo, que predico. Para que lo primero que se recuerde de mis preocupaciones, en forma de escultura, comience precisamente por esta idea, en torno a nuestra condición de animales supersociales que se encaminan rumbo hacia el FUTURO PROFUNDO.
Tisho Babilonia junto a la pieza recién instalada. Manzanares (2010)
Escultura de 4´7 m. de altura total, en bronce, aluminio y acero cor-ten.
Entre mis planes para nuestra especie, que trato de expresar a través de esta escultura, el primero de ellos podría parecer una obviedad si no fuera porque hoy adquiere tintes épicos, dramáticos, pues es la promesa misma de nuestra propia supervivencia; es decir, la NEGACIÓN DE NUESTRA POSIBLE EXTINCIÓN O COLAPSO de nuestra especie, y el desalojo por completo en mi corazón, en mi estado de ánimo, de todo atisbo de sentimiento catastrofista, derrotista o de angustia maltusiana… Esta escultura –mi primera escultura pública urbana– es ante todo una reafirmación de la vida, y como digo, una celebración de nuestra gran cualidad humana, esta que nos hace supersociales. Opté por una forma rotunda casi primaria, una distribución abstracta de los volúmenes y los materiales, de manera deliberada y calculada… porque pretende ser toda una proclamación, un manifiesto artístico y filosófico, un gesto simbólico para difundir a los cuatro vientos; un mensaje rastreable que espero tenga grandes, agradables y fructíferas consecuencias a largo plazo.
Semiosis
Esta pieza es deliberadamente sencilla, contundente, soberbia... memorizable, icónica –por consiguiente– como se aprecia en la imagen. Está compuesta por tres cuerpos cilíndricos alargados que llamo PIES GNÓSTICOS o CEPAS GNÓSTICAS, que arrancan desde el suelo (desde los vértices de un hipotético triángulo equilátero) y se yerguen, curvándose, para converger en un anillo tubular o toroide, que se encuentra a 4 metros de altura. Es literalmente un trípode hecho con acero cor-ten, que sostiene una esfera de aluminio policromado.
La forma por antonomasia más ergonómica y eficaz de sostener algo (física y/o simbólicamente) es mediante un trípode; porque con el menor esfuerzo se consigue el mayor resultado. Y sobre un trípode –como mínimo– pienso que ha de sostenerse nuestro mundo antrópico, nuestra realidad; para que no tenga ninguna falla o carencia, ninguna mácula desatendida que con el tiempo tengamos que lamentar. Cada día aborrezco con más empeño las visiones de algunos, en muchos casos perversas, en otros limitadas, constreñidas, sesgadas, torpes, ingenuas… que se empeñan en reducir la complejidad a monismos, o a dualismos como mucho, con los que explicar o interpretar la realidad. Esa tendencia intelectual reduccionista es temeraria e inconsciente desde el prisma de nuestra experiencia histórica adquirida. Por eso el filósofo francés Edgar Morin ha consagrado toda su vida a una idea-fuerza muy potente, que a su vez es múltiple/holística, para asegurarse de que en nuestros planes y programas de futuro, la tengamos siempre presente: se trata del PENSAMIENTO COMPLEJO. Y mi modo de corroborar esta idea, de ampliarla en forma de arte, es con esta escultura-ideograma; pues juego con el margen potencial que dan cinco componentes con los que encarar el porvenir (el cinco es uno de mis números talismanes/fetiches), que al relacionarse entre sí, al interconectarse, nos permiten abarcar un gran abanico de expectativas, un amplio número de combinaciones y variantes, así como niveles multicapa de complejidad.
Ideograma. “LA UNIÓN”
Economía
La economía es la mayor parte del tiempo el objeto de estudio, de preocupación y prioridad, de mucha gente, casi el único; el tema hegemón que subyace en muchas ideologías, en muchas corrientes de pensamiento y muchos partidos políticos. Sí, por supuesto, nuestro sustento tanto individual como colectivo, tanto nacional como global… está directamente relacionado con la economía, con la adquisición y administración de bienes materiales, así como con la energía y el dinero; recursos con los que satisfacer nuestras necesidades reales y percibidas, objetivas y subjetivas. Yo soy el primero que prescribe máxima atención para esta variante, este fundamento que nos sustenta, este pie o cepa de este gran trípode semiótico (icónico-conceptual) que ofrezco. Y por eso, reivindico la economía como un cimiento generador, como una disciplina de estudio y aplicación; un (cono)cimiento inconmensurable a valorar y tener en cuenta en todo momento.
Una mente gaiana, esférica, moderna y supersapiens de nuestro tiempo, nunca será negligente a este respecto, se iniciará desde muy pronto en la comprensión más omnisciente u omniabarcadora posible de la dimensión económica que recubre todos los procesos fenoménicos humanos. Para mí cuenta –y mucho– el mundo de la empresa o del emprendimiento –nos guste o no este aspecto de la realidad–, cuenta el enfoque ideológico que aportan los distintos partidos y las distintas posturas, cuentan las políticas económicas, los organismos e instituciones en torno a la economía: el dinero, los bancos, las empresas, la cultura del esfuerzo, la iniciativa privada y la pública, el comercio, el ahorro y la inversión, las finanzas… Para mí cuenta el controvertido poder de las multinacionales (que llamo "CÍCLOPES"), cuenta hasta el mismísimo Foro Económico Mundial (FEM), y toda la historia de la “ciencia” económica con los grandes economistas incluidos. Deberíamos ser aliados de la economía.
Sociedad
Nuestra condición de animales supersociales, una vez más sale a nuestro encuentro para insistir en la importancia de atender las necesidades de todos los componentes de nuestra especie, desde el primero hasta el último; porque somos una gran familia, desde el recién nacido hasta el anciano más longevo... el conjunto de hombres y mujeres de un confín al otro de la Tierra. Son muchas también las corrientes políticas e ideológicas que aportan enfoques e innovaciones para atender esta dimensión de lo social; y en su confrontación dialéctica encontramos los matices y los resortes para enfrentarnos a la tarea suprema de cuidarnos, mantenernos a salvo, perfeccionarnos, incluirnos, relacionarnos, realizarnos, mantenernos sanos física y mentalmente, libres, lúcidos y longevos. Hacer avanzar todo el “enjambre” humano a la vez, en la medida de lo posible.
La “Civilización Global” –en proceso de construcción– que está emergiendo, naturalmente ha de llegar mucho más lejos que las demás civilizaciones vernáculas precedentes; ha de implementar un sistema social potentísimo, proteico, multitarea, multicapa, sobre todo global… para llegar hasta el último rincón de la Tierra… para proveer a los humanes (tanto individuos como grupos) de opciones, de posibilidades, de todo lo mucho y bueno conseguido por nuestra especie supersocial; a la vez que se incorpora y conecta –en esta red inmensa de interacciones– el valor o el aporte de todos los miembros que la componemos.
Esta idea dinámica feedback, o idea bumerán de ida y vuelta, o tejido de sinergia, yo la llamo “RED FLUXUS”. Así que esta dimensión o pilar o fundamento de lo social tiene esa triple labor distribuidora/colectora/conectora de la riqueza. Hablamos de la riqueza en el sentido lato del término, no sólo la material y económica sino la tecnológica, la sanitaria, la cultural, la emocional…
Por supuesto, ya se ha hecho un gran recorrido en materia social, una gran urdimbre de relaciones que no pueden por más que evolucionar hacia cotas jamás exploradas de interacción y globalización, de complejidad por consiguiente. Desde la asociación vecinal más humilde, al sistema de seguridad social más avanzado, desde la ONG más comprometida hasta el mismísimo Foro Social Mundial (FSM)… todo esto no es más que el comienzo para dinamizar e implementar una Cobertura Social Global de un tamaño colosal. Hay muchísimo que hacer.
Cultura
La tercera cepa –el orden numérico de las tres me es indiferente, que cada cual establezca el suyo–, o pie, o fundamento, o pilar, con el que se sostiene este contundente trípode (aunque sea la dimensión más inmaterial de este ideograma), es en realidad el recurso más codiciado, más incluso que la acumulación material/económica; porque quién controla la CULTURA, es decir, la información, el conocimiento, los valores, las creencias… condiciona la conducta del prójimo, y esto al final es lo que granjea poder puro, líquido, contante... el aspecto más delicado de todos. Por consiguiente, entre los planes más importantes de la CIVILIZACIÓN GLOBAL EN CONSTRUCCIÓN que nos asiste en la actualidad, que balbucea ante nuestros ojos, aunque no queramos reconocerla; está la dimensión cultural, el grandísimo desafío de crear una civilización más informada, más crítica, más sabia, más culta –por supuesto–; pero mucho más que eso, más consciente, más responsable, tanto de los problemas como de los límites que nos confinan y enfrentan.
El conocimiento ha de servirnos para gobernar mejor nuestro potencial humano, nuestra fuerza económica y social; así como gestionar y prevenir los riesgos de toda índole que nos ponen en peligro como especie. La cultura ha de servirnos para anticiparnos y administrar la riqueza de la naturaleza humana, incluidas sus perversiones y su obstinada pretensión de controlar/manipular al prójimo. Ha de servir para diseñar –por añadidura– el mejor futuro posible, que pasa por el intento de domesticar la complejidad; de ahí la importancia de pensar complejo, de percibirnos en clave de especie cohesionada supersocial, de componer ideogramas fáciles de retener en la memoria… durables, universales, y aliados de la complejidad inherente; para ayudar en el modelado del Inconsciente Colectivo, como lo que se pretende con esta escultura.
Esta tercera cepa gnóstica o pilar cultural, abarca todas las manifestaciones humanas del intelecto: la faceta política, la religión y la espiritualidad –que no son lo mismo–, la inteligencia emocional, el arte, la investigación científica y tecnológica, la información, los usos y costumbres… así como las instituciones, instrumentos y redes que creamos para proyectar las civilizaciones hacia el futuro. En este caso, de lo que estoy hablando es de la CIVILIZACIÓN SUMMA, global, la que será capaz de abarcar, procesar, ensamblar y superar a las precedentes. No se trata de “destrucción creativa” (Schumpeter) sino más bien de absorción acumulativa, inclusiva, en un proceso de fusión general, multidimensional, multicapa, multivectorial.
“El desafío de la complejidad”. Edgar Morin
VER CONFERENCIA...
Ecología
La nueva ecuación civilizatoria que pretende promover esta escultura-ideograma, incluye por fin a la ECOLOGÍA de forma premeditada, decidida y consciente. La emplaza en el centro convergente de nuestros esfuerzos. Ya no hay lugar para la duda, para la especulación. De nada sirve fomentar el sistema económico social energético más ambicioso y global, jamás imaginado; si tal empresa colectiva nos pone en riesgo de colisión/colapso contra los límites físicos biológicos y termodinámicos del planeta, si nos arrastra inexorablemente hacia el precipicio, si se desdeña la oportunidad de reorientar el rumbo.
Tanta ciencia y conocimiento, tanto esfuerzo, tanto potencial, tanta ambición instantánea y cortoplacista, tantos cerebros pensantes, para acabar en la cuneta de la historia, engrosando la lista de especies extinguidas; que será nuestro caso, si los tres fundamentos de este trípode no coadyuvan, ni desembocan en la conciencia ecológica con una estrategia bioconservadora largoplacista. Hasta aquí no hubo empacho para emplazar al ser humano y/o a sus dioses en el centro de los discursos civilizatorios aglutinadores, de la mayoría de nuestras grandes tradiciones tanto filosóficas, como políticas, como religiosas. Esto se acabó, el orden de prioridades cambió, lo que antes era meramente testimonial ahora es capital, central, sin que por eso se renuncie a nuestra humanidad. «HUMANISMO GAIANO» es el concepto con el que pretendo subrayar esta alianza o nuevo contrato natural con Gaia (2).
Óleo sobre tela, 70 x 70 cm. (2016)
El ecologismo no es un pilar o pie gnóstico más, en este caso está representado como un toroide, un fundamento marco, un flujo perpetuo de relaciones que alimentaremos y sostendremos desde la nueva perspectiva económica, social y cultural que la humanidad va a emprender. No cabe duda, el desafío es compatibilizar nuestra existencia, la de ocho mil millones de personas, con la biodiversidad del planeta, hasta el punto de pergeñar una estrategia de supervivencia de largo recorrido; como dije antes, rumbo hacia el FUTURO PROFUNDO.
Noosfera
Una vez que asumimos unas cuantas consignas claves, como por ejemplo: que nuestro fin último es asegurar la supervivencia de nuestra especie –su longevidad y su bienestar–; que para conseguir tal objetivo madre, es contraproducente pensar y proceder de forma simplista –monismos, dualismos–, reductiva, y cortoplacista –políticas instantáneas y fragmentadas–; que nuestra interdependencia es total (una interdependencia múltiple, tanto entre individuos, como entre grupos, generaciones, sexos, o entre sociedades, naciones, estados… así como con el resto de las especies vivientes o biosfera, y el sustento físico del planeta mismo –litosfera, hidrosfera, atmósfera...–). Desembocamos en nuestra condición de ESPECIE SUPERSOCIAL, para recapitular y comenzar de nuevo, con más inspiración y fuerza de voluntad.
Diseño 3D. Planta. “LA UNIÓN”
Este ideograma monumental escultórico te habla, te interpela, te aguijonea, te exhorta a pensar complejo. Te recuerda que tu entusiasmo ideológico neoliberal, tu fe inquebrantable en el progreso lineal, en la grandeza del mercado libre, en el ahorro, el trabajo, el emprendimiento y la recompensa, en la “mano invisible” o el orden espontáneo de Hayek… no es más que la punta del iceberg de razonamientos que hay que orquestar, si queremos asegurar un futuro halagüeño para mañana mismo, y para las generaciones venideras. Y… sigue amonestándote esta pieza artística, porque también tiene un pellizco para ti, que eres un corazoncito “puro” que sueña con la igualdad, la justicia y el progreso social, y todos los formularios de corte neomarxista que carga las tintas en el aspecto “empático” de la realidad, desoye la crudeza de las cifras, y las múltiples pulsiones/contradicciones humanas… No querido-a, con estos argumentos manidos e insuficientes ya no se llega ni a la vuelta de la esquina. Ya ni siquiera es un refugio la religión, ni el arte, ni la cultura, ni nada… si por encima de todo esto, no sabemos mirar a nuestro planeta como alfa y omega, como fuente de vida, pero como verdugo final de nuestras pasiones y anhelos, si nos obstinamos en seguir las mismas pautas habituales, instituidas, sistematizadas… si nos entregamos al proceder simple, al pensamiento ramplón.
Cuando te emplaces en cualquier parcela de la realidad utiliza este trípode, recuerda este ideograma, y actúa en consecuencia. Cuando tomes partido político recuerda el ideograma. Rézale a tu dios abrazando el ideograma. Emprende, invierte, trabaja o reposa, comparte, asóciate, estudia, ama, viaja, envejece… recordando el ideograma. Acabas de descubrir que ya no eres un mero activista ecologista, que tus compromisos son inabarcables, son granitos de arena que se funden en un océano junto con otros muchos compromisos detentados por tu prójimo; que el enemigo no es tan reconocible como crees… que no es el capital, ni la insondable ambición humana, ni un estado o potencia cualquiera, ni ningún grupo o partido, o ideología, o clase social, o “raza”, o “dios” o religión. No, a partir de ahora procederás supersocialmente, sumarás en lugar de restar, armonizarás, fusionarás… y tu cerebro se exprimirá para concebir respuestas o sorpresas o invenciones o intervenciones eficientes, más cualificadas... Sí, complejas; sí, esféricas.
"NOOSFERA"
En definitiva, si algo está a punto de estallar, no es otra cosa que el pensamiento supersocial, la creatividad humana; la gran burbuja o esfera de interacciones cerebrales que envuelve nuestro planeta en forma de red compleja, benefactora, empática, multidimensional, multicapa, multitarea... Se trata de la NOOSFERA, un asunto de masas críticas. Cuantos más seamos pensando de forma global, de forma compleja, mayores y mejores logros colectivos/individuales se obtendrán. El resultado final será la creación de la PRIMERA CIVILIZACIÓN GLOBAL con todo lo que ello comporta: un sistema político planetario progresivo y transversal que fluya de lo micro a lo macro y viceversa (democracia global); consensos, estrategias, instituciones, planes y programas de ámbito “GLOCAL” (global + local). Una cultura rica, extensa, oceánica; y una espiritualidad similar, compatible, en sintonía con este gran acontecimiento.
¡¡¡NO OLVIDES EL IDEOGRAMA. ALIMENTA TU MENTE!!!
"White rabbit"
¡ULTREIA! OS SALUDO.
Tisho Babilonia.
POST SCRÍPTUM
FORO GAIANO MUNDIAL (FGM) / BABYLON FESTIVAL
El PODER DEL ARTE pasa inadvertido para la mayoría de nuestros congéneres, mejor dicho, es mal transmitido, mal atendido, mal reflexionado; porque no se aborda con la suficiente profundidad. Para muchos es invisible, imperceptible, irrelevante, aunque en efecto opere todo el tiempo sobre nosotros, sobre la Noosfera. No es algo que me preocupe ni reivindique sobremanera, pero sí insistiré en lo que para mí es su mayor propiedad. El arte es un saber en sí mismo, una forma de conocer y explicar el mundo, por tanto, de transformarlo. Un saber efectivo como la ciencia, la técnica/tecnología, la filosofía, la religión… Es un procedimiento, una actitud. Y desde esta parcela de la realidad, se pueden acometer grandes iniciativas, con repercusiones gigantescas.
Por ejemplo, ya conocemos de sobra la atención mundial –con posiciones encontradas– que despierta siempre el Foro Económico Mundial, un gran encuentro anual que se celebra en Davos –una remota localidad de los Alpes suizos–, donde se dan cita grandes magnates de las finanzas y las empresas, grandes personalidades de la vida política, social y empresarial. Analizan la actualidad, entrecruzan sus intereses, sus opiniones y proyectos, formulan ideas… Conocemos también el Foro Social Mundial, la justa réplica, que en principio se creó para contrarrestar –yo prefiero decir complementar– al foro económico, pero que ahora tiene razón de ser por sí mismo porque atiende –igual que esta escultura que estoy presentando– un pilar fundamental de nuestra realidad. Lo más interesante es la envergadura, el calibre, el alcance potencial de estos grandes eventos internacionales, que se denominan a sí mismos mundiales, globales. Existen también otras réplicas menos atendidas, que están dentro de esta línea que podríamos llamar –como no podía ser de otra manera– Fórum Cultural Mundial (FCM), Fórum Universal de las Culturas, con diversos resultados y ramificaciones.
En mi cabeza desde hace décadas ronda una idea “artística” ambiciosa y espectacular, a la altura de los tiempos, que es evidentemente una proyección o ampliación de esta escultura-código (ideograma) “humilde”, que tuve el honor de realizar e instalar en Manzanares. En realidad antes de la escultura ya tenía esta idea que ahora estoy a punto de anunciar, así que con esta pieza estoy haciendo un adelanto, un signo semiótico premonitorio de invocación, una profecía que habrá que autocumplir. Se trata de la creación y el fomento de un GRAN EVENTO, en la línea de los anteriores citados (el FEM, el FSM, el FCM), pero esta vez haciendo el esfuerzo de conjugar estas cinco áreas del conocimiento humano o pilares antrópicos (ECONOMÍA + SOCIEDAD + CULTURA + ECOLOGÍA + NOOSFERA) reunidos en el ideograma; porque creo que la humanidad lo necesita… yo lo necesito. Precisamos abordar el porvenir sumando, aunando, conjugando, pensando complejo, convirtiéndonos en GAIA, en un todo noosférico. Anunciaré aquí, por primera vez, la llegada del “FORO GAIANO MUNDIAL” (FGM): una “gran escultura social”, una propuesta-síntesis que denomino también, simpáticamente, “BABYLON FESTIVAL” en inglés; a celebrar –en principio– en el sur de España, en “NEURON POT”. Pero todo esto es otra historia, que la trataré con la debida minuciosidad en futuros artículos, intervenciones, obras.
"Edgar Morin"
Óleo sobre tela, 60 x 60 cm. (2019)