"PAPA FRANCISCO"

Óleo sobre tela. 40 x 40 cm. 2015

 

SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

 

Las palabras de Francisco de Asís, el gran amante de la naturaleza, han adquirido un sentido transcendente y dramático cuando el papa Francisco las ha rememorado en su segunda encíclica publicada en 2015, con el título: LAUDATO SI´ (Alabado seas); en un intento desesperado por concienciar a la humanidad de la importancia capital que tiene la naturaleza, el medio ambiente, para nuestra supervivencia y el resto de las especies.


Este precioso giro hacia la conciencia ecológica de la Iglesia Católica, expresado por Jorge Mario Bergoglio –su máximo representante–, el obispo de Roma, que hace una «crítica mordaz del consumismo y el desarrollo irresponsable con un alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada “para combatir la degradación ambiental y el cambio climático”»; pone de manifiesto la importancia y utilidad que tienen las religiones a la hora de proyectar cambios de paradigma, liderar e inspirar grandes iniciativas, que procuren la mejora de nuestra vida en el planeta.


Es fundamental que las grandes religiones proyecten este grado de compromiso con la vida, con el bien común, y que sumen, que remen en la misma dirección. Todas las grandes tradiciones religiosas poseen literatura sagrada suficiente como para emular gestos semejantes al del papa Francisco; para enaltecer nuestra casa común, superar nuestras diferencias, y converger en los asuntos fundamentales de nuestra convivencia. No anda lejos el día en que las religiones además de ser un refugio espiritual, se convertirán en baluartes ecuménicos protectores de los Derechos Humanos y de la Biodiversidad.


Estas son las palabras laudatorias, amorosas y compasivas de Francisco de Asís en las que se inspira la encíclica del papa homónimo:


CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
(O Cántico del Hermano Sol)
Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas, mi Señor por la hermana Agua,
la cual es muy humilde, preciosa y casta.
Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad...

 

¡ULTREIA! OS SALUDO. 

Tisho Babilonia.