"BAOBAB GNÓSTICO"
Hábitat gnóstico. Óleo sobre tela. 30 x 30 cm. 2014
Tengo el sueño de subir a un baobab desde la infancia, de acercarme y contemplarlo en todo su esplendor, sentir su magnética atracción, palparlo, abrazarlo, encaramarme sobre él y desde allí dejar volar mi imaginación en las tres direcciones del espacio. Esta familiar atracción –emocional– por esta planta majestuosa, soberbia y original, trastoca los límites del espacio y el tiempo, evoca la gran odisea de la especie, el océano de generaciones precedentes que nos han proyectado hasta hoy. Este árbol que parece estar bocabajo con las raíces mirando al cielo, es sagrado para muchos pueblos africanos y también lo es para mí; desde mi punto de vista debería considerarse el símbolo por antonomasia de África, y uno importante para la humanidad, puesto que nuestra especie surgió en este continente: el CONTINENTE MADRE.
El baobab nos siente y nos habla, nos acoge y nos conecta con la sabiduría amorosa de Gaia.
¡ULTREIA! OS SALUDO.
Tisho Babilonia.